martes, 20 de enero de 2009

Un día

Un día, caminas por la calle, sientes el frío en el alma, en tu reproductor una canción gris y en tu cabeza mil problemas que nublan tu vista.

De repente, el viento helado en la cara te recuerda con fuerza que estás viva, que aún puedes volar. A tus oídos llega una canción alegre, sientes la luz del sol en tus ojos, tus pasos se acompasan al ritmo de un canto al amor y la vida... Es en ese momento es cuando descubres que la vida te sonríe. Te descubres sintiendo con pasión, como si todas las penas no fueran capaces de mitigar tus ganas de vivir. ¡Sientes! Y sientes que tu corazón late con fuerza, que tiene mil motivos por los que seguir latiendo.

Descubres que en tu vida hay amor, hay sueños, hay ilusiones, hay mil cosas buenas por las que luchar y mil cosas malas que te endurecerán para esa lucha.

Te descubres acelerando tus pasos, acompasándolos al ritmo de tu música, sientes que vibras al compás que la tierra que pisas, una Tierra que te ha mimado y a la que estás obligada a defender. Sientes tu corazón latiendo con el mundo, un mundo que te dará todo y te lo quitará todo. Un mundo en el que disfrutarás y en el que deberás luchar ante la injusticia, en el que deberás defender siempre, a toda costa, la libertad. Un mundo en el que estás para hacerlo cada día, poco a poco, más humano.


Un día, paseando por la calle, descubres que todo tiene sentido, que sabes exactamente quién eres, porqué estas donde estás y para qué. Sabes exactamente qué quieres y que tendrás que sufrir para conseguirlo. Un día cualquiera, descubres, que en el fondo, solo el amor es tu motor. Que el ser humano se debe al ser humano y que, cueste lo que cueste, lucharás.


En realidad, una persona solo necesita una mano que la sujete cuando caiga para sentirse absolutamente feliz. Porque un ser humano, sin amor, no es ser humano.

Por eso, un día comprendes que lucharás, sentirás y vivirás hasta el final, apoyada en las personas a las que amas y, sobre todo, en amar. Porque yo, confío en el ser humano.

jueves, 15 de enero de 2009

¿Qué es?

Hoy en filosofía nos hemos preguntado qué es el amor... Me veo en la obligacion en poner esta poesía.. Es de hace batante poco...


Ni en el cielo,
ni en la Tierra,
¡Nadie! Sabe lo que es
sentir tus labios suaves
contra mis labios de mujer.

Ni en el cielo,
ni en la Tierra,
¡Nadie! Entenderá jamás
que tu eres mi locura,
que nunca te dejaré de amar.

Porque amar es sentir sin miedo,
es besar con la mirada,
hablar con las manos,
razonar con el alma,
perder la cordura y la razón.

Amar es saber que nada importa,
lo que digan, lo que piensen...
¡Es su condena!
Infelices aquellos
que ahogaron
a su corazón.

martes, 6 de enero de 2009

Un comienzo predecible.

¿Qué cuelgo primero? Pues está claro, una poesía que, aunque es del año de la tana, sigue siendo de mis preferidas, y no se por qué. Supongo que es porque dice exactamente lo que sentía en el momento en que la escribí, y describir lo que siento es siempre lo que intento... Ya la colgué en su día en el fotolog, pero supongo que nadie la vió. En fin, ahí va:

Hoy lloro por quien fue mi alegría,
hoy muero por quien fue mi vida,
hoy siento que mi mundo se disuelve sin ti.
Estoy al borde del abismo y no veo tu mano.
Hoy, sé que tendré que seguir viviendo,
y tú, no estarás a mi lado.


Sé que no es gran cosa, pero era obligatorio empezar con ella.

domingo, 4 de enero de 2009

¿Y a que viene un blog?

Supongo que cuando escribo, aunque sea el más íntimo de mis pensamientos, aunque piense que jamás se lo enseñaré a nadie... En el fondo estoy soñanado con que algun día a alguien le guste, que algun día alguien se sienta identificado con ello y piense, "Yo me he sentido así".
Últimamente, por diferentes razones no hago más que pensar que debería empezar a comprobar si lo que escribo realmente vale algo o no.
Así pues, me dispongo a ir colgando cosillas... Pretendo perder el miedo a que la gente lea lo que escribo y además comprobar si me gano alguna pedrada...XD

Una vez dije que, si de todo lo que escribo, tan sólo una frase le tocara el corazón alguien; entonces, el esfuerzo ya habría merecido la pena. Pues bien, manos a la obra.

Les atormentaré en breves con poemas ñoños y descripciones sueltas de una historia que nunca llega a cuadrar
.